Nos encontramos en un momento en el que la inteligencia artificial cada vez está más presente en nuestras vidas por lo que es muy posible que recurramos a las herramientas que existen para ahorrar costes. Una de las herramientas más utilizadas es ChatGPT, una inteligencia artificial generativa a la que podemos pedirle que nos escriba textos.
En este punto, nos hacemos la pregunta: ¿ChatGPT puede redactar un buen pacto de socios para una startup?
La respuesta es… ¡NO!
Contexto: Somos emprendedores que van a recibir financiación y queremos redactar nuestro primer Pacto de Socios en el cual se protejan nuestros intereses pero también prevean cláusulas que pedirán los inversores.
Hemos hecho una prueba y a continuación os dejamos nuestras conclusiones:
Nivel de detalle: aunque dicen que a veces «menos es más», en la redacción un contrato es preferible detallar bien todas las cláusulas. Aunque no hay una fórmula maestra ni un número de caracteres recomendado si que es importante que las frases estén bien redactadas, no acotarlas en espacio y tratar de ser preciso con las palabras que se utilizan. Es clave no dejar espacio a la interpretación e incluso poner ejemplos si es necesario para evitar que hayan lagunas.
En la propuesta de ChatGPT menciona que los socios promotores tendrán Derecho de Adquisición Preferente pero no explica en qué condiciones, qué ocurre si no lo ejercen, cómo será el proceso, etcétera. Esta falta de detalle es un punto muy negativo y puede generar mucha inseguridad jurídica tanto para los socios promotores como para los inversores ya que en el momento en el que se produzca un evento en el cual podrían ejercer tal derecho podría resultar en qué no conocen cómo es el proceso por lo que es muy probable que no se ejecute de forma correcta por lo que podría suceder en que hayan reclamaciones de los demás socios.
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Gobierno de la sociedad: generalmente al inicio de una startup estará administrada por un administrador único (¿el / la CEO?) para simplificar la ejecución y toma de decisiones del día a día de una compañía como es firmar un acuerdo con un cliente o un proveedor, suscribir una póliza de seguro, etcétera.
A medida que va creciendo la startup y se van incorporando nuevos socios (inversores, por ejemplo) es importante prever que en un futuro el modo de organización de la administración de la compañía se cambie y se administre por un Consejo de Administración. En este punto, es clave que los socios promotores tengan mayoría de miembros y que estén facultados para nombrar la persona que ocupe la secretaría. No es una buena idea dar la facultad a los inversores para escoger, o incluso imponer, contratar a la persona que ocupará la secretaría del Consejo de Administración.
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Derecho de veto: se prevén determinadas materias que requieren el voto positivo de los socios promotores.
En la práctica, durante los primeros pasos de una startup tal y como está configurada esta cláusula no tendrá trascendencia ya que los socios promotores tendrán la mayoría del capital social y acabarán decidiendo sobre cualquier materia. Recordemos que las decisiones se adoptan en la Junta General y se tiene en cuenta el porcentaje de participación en el capital social de cada uno de los socios. Generalmente con mayoría de porcentaje se adoptarán los acuerdos.
Este «derecho de veto» en realidad es más habitual verlo formulado como unas «materias reservadas» en las que se requiere o bien un porcentaje concreto (normalmente bastante superior a la mayoría simple) o el voto favorable de un socio o de un tipo de socios para aprobar determinadas materias. Normalmente este tipo de cláusulas lo pedirán los socios inversores que quieren tener un poco más de control en la toma de decisiones.
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Derecho de liquidación preferente: supone una garantía de los inversores para asegurarse la recuperación de su inversión y maximizar su retorno.
ChatGPT aquí resbala completamente ya que es una cláusula que los abogados de la startup pelearían y no querrían incluirla ya que coloca a los socios inversores en una posición más favorecedora en momentos de dificultad económica como por ejemplo en una situación de peconcurso. Además, ChatGPT propone una Cláusula de salida «si la Sociedad no alcanza ciertos objetivos de rendimiento acordados en X años, los inversores tendrán derecho a exigir la venta de la Sociedad o la recompra de sus participaciones por parte de los socios promotores» que no solo no favorece a los socios promotores sino que incluso perjudica a los mismos . ¡Un sinsentido!
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Permanencia: ChatGPT no habla de la permanencia de los socios promotores. Puede parecer una cláusula que vaya en contra de los socios promotores pero en realidad está protegiendo a la startup y al resto de socios promotores
Que un socio promotor abandone un proyecto antes de hora puede poner en peligro la supervivencia del proyecto. Es muy habitual instrumentar un plan de vesting para que se vayan consolidando las participaciones de los socios promotores (¿tiempo + hitos?)
Activos de la startup: siguiendo la línea de la vaguedad y poco detalle del contrato redactado, ChatGPT se olvida de profundizar en dos temas importantes en una startup: la propiedad intelectual / industrial y la confidencialidad de la información de ésta
En resumen, ChatGPT puede ser una herramienta interesante para definir de forma esquemática los puntos importantes a incluir en un Pacto de Socios pero siempre va a ser necesario adaptarlo al caso concreto